Antonio Huertas, Presidente y CEO de MAPFRE
El World Economic Forum, la institución que está detrás del Foro Económico de Davos, publica cada año por estas fechas su informe de riesgos globales para el planeta. Lo lleva haciendo desde hace 15 años. Pero nunca hasta ahora dicho informe había sido tan monotemático. Por primera vez, los cinco principales riesgos globales identificados están vinculados con el medio ambiente:
El informe resalta la amenaza que suponen riesgos como:
- Eventos climáticos extremos con daños importantes a la propiedad, infraestructura y pérdida de vidas humanas.
- Fracaso en la mitigación y adaptación al cambio climático por parte de gobiernos y empresas.
- Grandes desastres naturales como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y tormentas geomagnéticas.
- Daños y desastres ambientales provocados por el hombre, incluidos catástrofes ambientales como vertidos de petróleo y contaminación radiactiva.
- Pérdida importante de biodiversidad y colapso del ecosistema (terrestre o marino) con consecuencias irreversibles para el medio ambiente, lo que resulta en recursos severamente dilapidados para la humanidad.
El impacto económico de todas las consecuencias del cambio climático no debe ser subestimado. Un informe reciente de Swiss RE cifra en 165.000 millones de dólares el coste económico de todos los desastres vinculados con el medioambiente en el planeta en 2018, un 50% de los cuales no estaban asegurados.
Un estudio de la administración pública estadounidense estima que a final de siglo el impacto económico de los eventos climáticos podría representar cada año el 10% del PIB de EEUU (2 billones de euros, o casi dos veces el PIB de España). Según el WEF, más de 200 de las empresas más grandes del mundo han estimado que el cambio climático les puede costar casi 1 billón de dólares en caso de no hacer nada.
Más de 200 de las empresas más grandes del mundo han estimado que el cambio climático les puede costar casi 1 billón de dólares en caso de no hacer nada.
Como ha explicado Borge Brende, Presidente del World Economic Forum, “el panorama político está polarizado, el nivel del mar está aumentando y los incendios climáticos están ardiendo. Este es el año en que los líderes mundiales deben trabajar con todos los sectores de la sociedad para hacer frente al desafío. El coste de la inacción excede por mucho al de la acción. Tenemos que implementar las políticas necesarias para enfrentar el cambio climático”.
Se requiere una acción concertada no solo para reducir las emisiones, sino también para desarrollar estrategias de adaptación creíbles, que incluyen una paulatina reducción de la brecha de protección del seguro y una ampliación de la financiación pública y privada para costear la adaptación de las sociedades a esta nueva realidad.
En este sentido, las aseguradoras podemos desempeñar un papel importante en la transición hacia una economía más sostenible. Y no solo porque todos estos costes económicos de los eventos catastróficos impactan en nuestras cuentas de resultados. Sino también, porque la experiencia de muchos países demuestra que las políticas públicas son más exitosas cuando incorporan los mecanismos del seguro para compensar los efectos económicos y sociales de los desastres naturales, aliviando así la carga sobre las arcas públicas.
Las aseguradoras podemos desempeñar un papel importante en la transición hacia una economía más sostenible
Como expliqué en mi intervención en la Insuresilience Global Partnership Forum, durante la reciente cumbre del clima en Madrid, las características de los eventos catastróficos (baja frecuencia y alta siniestralidad) requieren métodos complejos de cobertura.
Estos métodos son parte del campo de especialización del sector asegurador.
https://www.linkedin.com/pulse/un-escenario-sin-precedentes-antonio-huertas-mejias